lunes, 30 de enero de 2012

Artículo: ... Ni te molestes.

   Chicos, POR FAVOR LEAN ESTO.

   Ok, vamos a crear una escena: Acabas de salir de tu clase de inglés y ves a una muchacha, a primera vista ella te gusta, es bonita, es tu estilo. ¿Qué haces para empezar a conocerla?
Comenzaré por decirte lo que NO DEBES HACER:

   Si acabas de verla por primera vez, no te acerques, sólo observa. De otro modo, llegarás allá, le preguntarás su nombre, ella el tuyo, y lo más lejos que podría llegar la conversación sería hasta "Bien, ¿y tú?. No es eso lo que quieres que pase, ¿cierto? He aquí la importancia de OBSERVAR, ¿qué hace ella? ¿Por qué asuntos se siente atraída? Sé un psicópata acosador por unos días y luego acércate. Eso sí, procura jamás ser descubierto, de lo contrario, ni te molestes.
   No la agregues a Messenger o Facebook, sino hasta que salga de su boca esa alternativa. Si ya la agregaste, que no sea por ese medio la primera vez que conversen. Sé que es intimidante tratar de conocer a una completa desconocida, pero recuerda... ella ya no te resulta tan desconocida, la has estado acosando un poco y tienes más o menos una idea de cómo es.
   Cuando hables con ella por primera vez, no muestres demasiado interés. Nada de comentarios como: "Hoy también te vestiste de rosado, qué bien"; en ese caso demostrarías demasiado interés. Eso sí, debes saber diferenciar la indiferencia insultante de la indiferencia que crea misterio e intriga y es a la vez interesante para ella. Has comentarios como: "Te he visto por aquí un par de veces" o "¿Tú clase empieza a las 3:15?". Intenta hacer notable tu interés en forma de pregunta, casi como si no estuvieras seguro, que ella aclare tus "dudas". 
   NO le hagas preguntas personales en la primera conversación. Mira esto:

   A la izquierda TUS preguntas y a la derecha lo que ella piensa.

   ¿Dónde vives? = Peligroso.
   ¿Cuál es tu número celular? = Peligroso.
   ¿En dónde estudias? = Peligroso. 
   ¿Tienes novio? = No es tu problema.

   Usa a tu favor lo que aprendiste en tus días de acosador, comenta sobre las clases, pregunta qué opina de los salones, has mención de la temperatura del lugar y pregúntale qué prefiere ella.
   NO TE LAS DES DE SERIO, eso te hará parecer arrogante. En cambio, sé gracioso, si la haces reír al menos dos veces ya llevas la mitad de la conquista lista. 
   Sé natural. Sé tú mismo. Hazle ver que la tomas en serio, que de verdad te gusta, no que decidiste hablar con ella porque no tenías nada interesante que hacer. Sonríe y mírala a los ojos de vez en cuando. 
HAZLA REÍR.

   Las mujeres no reaccionamos ante un hombre que no demuestre tener confianza en sí mismo. Esos que no temen acercarse y ser naturales, son los que llaman la atención. 
   Si tienes su número celular, POR FAVOR, ya no uses la típica táctica de enviarle un mensaje de texto y luego mentir diciendo: "Lo siento, me equivoqué" para intentar hablar con ella. En cambio, envíale de vez en cuando preguntándole cómo está y qué es lo que hace. NO ALARGUES DEMASIADO LA CONVERSACIÓN. Evita tener errores ortográficos.
   Si la chica es de esa que lee muchos libros, no intentes parecerte a ella y aparentar que a ti también te gusta leer.
   Jamás, jamás, jamás, pases a su lado sin saludarla. De hacerlo... ni te molestes.

Mi primer secreto.


Y justo ahora empiezo a escribir tu nombre en mis cuadernos, quizá si multiplicas 10.000 por 120 sabrás la cantidad exacta. 
Las palabras de mi abuela vienen a mi cabeza: "No es bueno guardar secretos, a lo largo se vuelven una carga", pero yo he decidido ignorarla. No es una carga el amor cuando se siente tan suave, tan agradable. No es una vergüenza amarte en secreto. No me avergüenza.
Pasar la tarde mirándote en clase, toparme contigo y hacerte creer en las casualidades. Tratar de llamar tu atención, esa es una razón para arreglarme cada mañana. Caminar lentamente por tu calle, ¡qué suerte que la ciudad no es muy grande! 
A mí no me avergüenza guardar secretos, no se siente como una carga algo tan liviano. No me molesta guardar secretos, y mucho menos si ese secreto eres tú; no soy la primera chica que ama sin haber sido presentada. No soy la primera que espera sin que sepan que lo hace. No soy la primera ni la última que sabe todo de alguien y ese alguien siquiera sabe que existes.
Me gusta estar enamorada, eso me mantiene entretenida, quizá nunca lleguemos a nada, pero puedo decir dentro de 20 años que yo guardaba un secreto de adolescente, el más íntimo secreto, el más inocente, el más ingenuo... 
   ... abuela, tengo un secreto, pero ese secreto no es una carga... No me avergüenza decir que estoy enamorada.
... Shhh.

martes, 24 de enero de 2012

Caída lenta.

  

  He vuelto a caer.
  El reloj sigue corriendo y no dejo de pensar: "Quiero largarme de aquí. Quiero irme de este lugar. Quiero poder ignorarlo".
  ¿Y qué recibo? Una respuesta inmediata de mi corazón, que entre gritos me dice: "Irte no servirá de nada".
  Me mantengo en el más oscuro rincón, procurando no ser descubierta, pidiéndole al cielo no ser delatada por mis pupilas, esas que estoy conciente de que no paran de brillar, esas que sin remordimiento se posan sobre su silueta, esas que se dilatan apenas suena su voz en la sala, esas que se deleitan con su presencia.
   Entonces sólo sonrío. Sonrío de la manera más falsa, esquivo la mirada y, apenas hago eso, estalla un cosquilleo en mi garganta, que quiere hablar, que siente el tráfico de conjeturas, que se siente seca con tan sólo pensar en una respuesta para él.
   En cambio... tan sólo quedo en silencio, un silencio que se manifiesta únicamente en el exterior y mientras eso pasa, siento mi interior calentarse, abarrotarse de llamados de atención, de culpas, de insultos personales, de vómitos verbales, de pésimas miradas, de profundas rabias, y me veo deslizarme suavemente por la pared, me imagino en el suelo, rogándole a tus pies...
   ... y mientras pienso en esa trágica escena, vuelvo a sonreír y él vuelve a reír.
   Creo que está enamorado de mí, pero sé que no es así.
   "¡Qué triste!", me digo y rápidamente mi corazón ataca con un: "Lucha por que sea como tú lo crees".
   Siento ganas de arracarme el corazón, mirarlo directamente y escupirle: "¡Ya deja las cursilerías, ese hombre jamás se fijaría en mí!"
   Casi dejo de sentir.
   Casi por un segundo dejo las falsedades, casi por un pestañeo de ojos siento cómo mi interior logra silenciarse y por ese mágico momento, tú me miras y yo te miro...
   ... siento mi abdomen tensarse...
   ... y sin poder evitarlo, vuelvo a usar mi sonrisa falsa, y el ciclo empieza de nuevo.
   Ese hombre debe creer que soy muy rara. Sonrío todo el tiempo, la lengua se me enreda, mi cuerpo se congela.
   "Es porque estás enamorada", susurra mi corazón, ahora temeroso de mis amenazas.
   Sí, es porque estoy enamorada...
   ... pero ese hombre jamás se fijaría en mí. Jamás.
  

domingo, 22 de enero de 2012

... De la vida.





Me gusta jugar al escondite...


...pero sólo cuando mi escondite eres tú.

miércoles, 18 de enero de 2012

No viene al caso.

  Ya no viene al caso darte un ejemplo, terminar de escribir algunos viejos poemas, escupir en el jardín de mi casa para ver si crece alguna flor... y es que así te considero, un terreno baldío, un problema de raíz, un desierto que poco a poco se va quedando sin arena y que, al marcar las dos, culminará de padecer una dolorosa muerte.
  Y tan sólo me dan ganas de gritarte un vibrante: "¡Cuando hay amor, esas cosas no pasan!".
  Y tan sólo ahora descubro que nunca hubo amor entre nosotros. Tan sólo éramos un hombre y una mujer, juntos bajo un mismo techo, besando la pared, confundiendo la rutina con la simpatía, riendo de nada en absoluto, siendo... mentira.
  Ya no viene al caso discutir, ni mucho menos quejarse... y ya que hablo de quejas, ¡tengo tantas atragantadas en la garganta! Y ya no hablo sólo de ti, no te creas tan especial. Quizá me moleste un poco el ruido de mi puerta cada vez que alguien entra o sale; la lluvia también me molesta cuando inunda la sala de mi casa; me enoja ver pasar el tiempo mientras no hago nada.
  Y tan sólo me dan ganas de gritarte un vibrante: "¡Cuando hay amor, esas cosas no pasan!".
  No pasan, de verdad que no pasan... y lo sé, lo he estado viviendo con otro.
  Desde que él llegó, me da igual si la maldita puerta suena, o no suena o se desprende de sus bisagras. ¡Y al demonio la lluvia! Creo que la prefiero cuando me baño en ella junto a él. ¿Y cuando no hago nada? Tan sólo es porque lo espero a él.
  Y me dan ganas de gritarle en la cara al primer idiota que vea pasar: "¡Estoy enamorada, y el amor no es como tú lo crees, es como él me enseñó!".
  ¿Y qué culpa tiene ese idiota? No, él no tiene la culpa...
  ... como yo no tuve la culpa de haber malinterpretado la palabra "Amor" con un hombre que no es ni eso.
  No vale la pena que me mires extraño, él me mira muy bonito. Cuando hay amor te sientes como yo me siento. Cuando hay amor, no miras tu reloj. Cuando hay amor, de elegir cualquier lugar, elegirías estar junto a él. Cuando hay amor, te sientes como yo.
  Y tan sólo me dan ganas de gritarte un sonoro y vehemente: "¡Cuando hay amor, no sientes unas ganas misteriosas de ahogar a tu pareja mientras duerme!".


Y sí, soy culpable de eso.

sábado, 14 de enero de 2012

... De la vida.

Y después de tanto tiempo, le pregunté: ¿Cómo estás?...
... pero no era de esos "¿Cómo estás? que preguntas antes del trillado "Bien, ¿y tú?".

No, esta vez de verdad necesitaba saber cómo estaba.

viernes, 13 de enero de 2012

Esa noche.

    

     Esa noche...
     ... aún la recuerdo, casi borrosa, casi confusa, pero jamás incompleta. Sonaba una canción de Soda Stereo, en el piso un par de copas, mi vestido arrugado, tu camisa rota y esa fue tan sólo la primera vez que te veía. La primera vez.
     Desde entonces creo no dormir, y al ver una botella de champagne me acuerdo de ti, de lo que hicimos, de lo que reímos, de mi falsa indiferencia y tu inexistente timidez. ¿Cuál fue tu truco? ¿Seducirme hasta el punto de enamorarme, usar tus mejores frases con una desconocida, lucirte una noche y en el día sonreír recordando?
     Quizá, pero ¿por qué no me importa?
     Esa noche...
     ... esa noche tan sólo hizo falta una mirada para invitarme al rincón oscuro del salón y arrancarme mi nombre y mi edad de un sólo golpe, casi por inercia. Sin gravedad fui cayendo en tus encantos, hasta que me vi hundida en la locura, en la fascinación de una noche diferente, en el recorrido de tus manos sobre mis rodillas. Yo sólo me sentía abrumada, encantada, seducida hasta el punto de que mi lógica fue eclipsada por el excitante encuentro, y no podía dejar de pensar en tu confianza, en la pericia que desbordaba un beso tuyo, en la cercanía que estalló entre nuestros cuerpos, en tu piel tostada mezclada a mi palidez, en tu cabello negro enredado en el mío castaño, en el sonido de nuestra respiración que se tornaba asfixiante, en la música, en los golpes que recibí de la pared que convertía este encuentro en algo clandestino. Y recuerdo la hora, era la hora exacta para perder la noción del tiempo, mientras un hombre te susurraba halagos al oído. Era la hora perfecta para olvidarse de todo, para sentir el peligro e ignorarlo, para que mi vestido se arrugara y el labial se chorreara, era la hora exacta para no detenerse ni un minuto, para no decir nada e insinuar de todo. Era esa noche nuestra noche, nuestro momento, nuestro fin de semana, nuestro destino.
     Y esa fue tan sólo la primera vez que te veía. La primera vez...
     ... y también sería la última, porque no tiendo a salir con hombres comprometidos y mucho menos en espera de un hijo, a pesar de que a él fue a quien le di mi primer beso y mi primer desliz.

     ¡Qué desliz!

... por cierto, no sabía nada de su bebé y su mujer.
Sólo me enteré demasiado tarde.

miércoles, 4 de enero de 2012

... De la vida.

Aquel hombre que se atreva a amarme, deberá también amar lo que escribo.

martes, 3 de enero de 2012

¿Hombre... tú?

   ¿De verdad? ¿Hablas en serio?
   ¿Serías capaz de perder a la mujer que amas por pura cobardía, por pura timidez, por pura ociosidad?   
   ¿Te condenarías a una vida entera sin ella, sin sus besos, sin sus sonrisas, sin su presencia en sí?
   ¿Acaso en algún momento determinado en el transcurso de tu existencia, podrías llegar a ser feliz luego de cometer ese terrible error... sólo por cobardía?
   De nuevo no aguanto y quiero gritarte, ¿hombre? ¿Debería llamarte así? ¿No es hombre aquel que lucha por la mujer que ama, sin "peros", sin excusas, sin impedimentos, aquel dispuesto a vencer cualquier obstáculo, a derribar cualquier pared, aquel que decididamente va en busca de lo que quiere y no se da por vencido hasta tenerlo.
   ¡Já!
   Tú no eres un hombre, no luego de tal descripción, no luego de haberte visto parado en aquella endiablada esquina, con un pésimo camuflaje, mirándome escondido en tus temores, tras tu verguenza y tu incapacidad. Tú no eres un hombre, no luego de seguir negándolo, cuando en el transcurso del día me has estado observando, cada movimiento, cada palabra, cada susurro.
   ¿Es eso un hombre? No, no lo es.
   No me gustan los cobardes, los que no luchan por lo que quieren, los que se dan por vencidos, los que no lo intentan por miedo a fallar... esos no son hombres, son unos simples y divertidos cobardes.

Un poema inspirado en...
...alguien.

lunes, 2 de enero de 2012

... De la vida.

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

Mil bendiciones, que este nuevo año que empieza esté lleno de mucha salud, unión y mucho, mucho, mucho amor, en dosis exageradas.